Conocí Rockefeller y Transformó Mi Forma de Gestionar Redes Sociales de forma Inesperada.
Era finales de septiembre y recuerdo perfectamente el día que Lorena me llamó. Es una de mis mejores amigas, y cuando me propuso un reto tan importante, supe que no podía decir que no.
—Edu, quiero que lleves la comunicación de mis restaurantes. Redes sociales, campañas, diseños… todo tiene que pasar por ti.
Los restaurantes de Lorena no son cualquiera; son algunos de los italianos más conocidos de Barcelona. Sus platos son espectaculares, su reputación impecable, pero su presencia en redes no estaba a la altura. Los contenidos eran inconsistentes, las campañas no terminaban de conectar, y no lograban transmitir esa autenticidad que hace únicos a sus restaurantes.
Era emocionante. Me encantan los retos, y gestionar la imagen de una marca con tanto peso era una oportunidad increíble. Pero no tardé en darme cuenta de que este desafío iba a ser mucho más grande de lo que imaginaba.
Cuando El Trabajo Te Pasa Factura
Al principio, estaba lleno de energía. Me imaginaba diseñando estrategias innovadoras, creando publicaciones atractivas y logrando que los clientes sintieran la esencia de la cocina italiana con cada contenido.
Pero la realidad me golpeó rápido. Gestionar redes sociales para un grupo de restaurantes significa vivir con la sensación de que nunca es suficiente. Publicaciones, stories, promociones, campañas estacionales… todo tiene que estar listo, bonito y efectivo. Y no puedes permitirte fallar.
Intenté hacerlo yo solo. Pensé que bastaba con organizarme mejor, dedicar más horas. Error. En menos de una semana ya estaba agobiado, revisando diseños a última hora, apagando fuegos y tratando de cumplir plazos imposibles.
Después recurrí a freelancers, pensando que eso aligeraría la carga. Y al principio, parecía una buena idea. Pero pronto me di cuenta de que los problemas seguían ahí. Algunos entregaban trabajos decentes, pero a destiempo. Otros no entendían la personalidad de los restaurantes, lo que significaba pasar horas revisando y corrigiendo.
Había noches en las que sentía que todo me superaba. Veía la lista interminable de tareas y pensaba: “No puedo seguir así.” Sabía que necesitaba ayuda, pero no tenía claro por dónde empezar.
Un Recuerdo Que Trajo la Solución
Era una mañana de octubre, y estaba en pleno kilómetro 14 de mi entrenamiento. Había salido a correr para despejarme un poco; es algo que siempre me ayuda cuando las cosas se ponen difíciles. En esos momentos, cuando el cuerpo está agotado pero la mente despejada, las ideas empiezan a fluir.
De repente, me vino a la cabeza un recuerdo. En septiembre, durante las fiestas de Bilbao, conocí a Alejandra. Fue una noche memorable: llovía a cántaros, y un amigo en común nos presentó justo cuando buscábamos desesperados refugio en un portal.
Pasamos más de una hora atrapados allí, hablando de música, viajes y cualquier cosa que nos hiciera olvidar la tormenta. Al día siguiente, como buenos supervivientes, decidimos quedar para desayunar en el parque Etxebarria.
Y aquí viene lo curioso: Alejandra pidió una salchipapa para desayunar. Yo, más clásico, opté por unos churros. No sé si era el hambre o lo surrealista de la situación, pero ambos estuvimos de acuerdo en que aquella combinación no tenía mucho sentido… aunque funcionó.
Nunca pensé que esa conexión casual terminaría siendo la clave para resolver uno de los mayores retos de mi carrera.
Cuando llegué a casa después de correr, marqué su número.
—Ale, estoy al límite. Llevo las redes sociales de los restaurantes de Lorena, pero no tengo tiempo ni equipo para manejarlo todo.
Ella me escuchó con paciencia y luego me habló del Plan Rockefeller:
—Es como tener tu propio equipo de diseño, pero sin los costes y complicaciones de gestionarlo. Diseños ilimitados, entregas rápidas, y nos adaptamos completamente a tus necesidades.
Tenía dudas, no te voy a mentir. ¿Un equipo externo que realmente entendiera la personalidad de los restaurantes? ¿Que cumpliera siempre? Pero estaba tan agotado que decidí arriesgarme y probarlo.
El Cambio Que Lo Cambió Todo
Desde el primer proyecto, supe que algo había cambiado.
Uno de los mayores retos iniciales fue rediseñar las cartas de los restaurantes. Las cartas no son solo una herramienta práctica; son la primera impresión que tienen los clientes cuando llegan a la mesa. Queríamos que cada carta fuera más que un listado de platos. Tenía que ser una experiencia. Algo que reflejara la autenticidad de la cocina italiana, su calidez y el amor por los ingredientes frescos que define estos restaurantes.
En menos de 48 horas, Zira me entregó todo lo que necesitaba:
- Tres versiones completamente rediseñadas de las cartas, cada una adaptada a la personalidad única de los restaurantes del grupo.
- Un paquete visual complementario, con gráficos perfectos para stories y posts que promocionaban los platos estrella.
- Un vídeo animado, diseñado para proyectar en las pantallas del restaurante, que guiaba a los clientes por las recomendaciones del chef y los ingredientes de temporada.
Cuando vi el material por primera vez, me quedé impresionado. Era exactamente lo que buscaba, pero mejor. No solo habían captado la esencia de los restaurantes, sino que la habían elevado a un nivel que no imaginaba posible.
Por primera vez en meses, sentí alivio. Tener un equipo como este, que no solo cumple con los plazos sino que entiende perfectamente lo que necesitas antes de que lo pidas, es un lujo que nunca había experimentado.
Resultados Que Hablan por Sí Solos
En estos tres meses, los resultados han sido espectaculares:
- Duplicamos el volumen de publicaciones. Ahora hay contenido constante, atractivo y de una calidad que antes parecía inalcanzable.
- Renovamos completamente la experiencia de los clientes. Las nuevas cartas no solo encantaron, sino que algunos clientes empezaron a compartir fotos en redes y otros incluso pidieron llevárselas como recuerdo.
- Los tiempos de entrega ya no son un problema. Lo que antes me costaba semanas en organizar, ahora llega en días y con tiempo para hacer ajustes.
- Las redes sociales de los restaurantes se transformaron. Más interacción, más reservas directas y una estética profesional que, finalmente, refleja la esencia de los restaurantes.
Además, hemos conseguido reducir los costes. Antes tenía que dividir el presupuesto entre diferentes freelancers, y los resultados eran, en el mejor de los casos, inconsistentes. Ahora, con el Plan Rockefeller, sé exactamente cuánto invierto y qué obtengo a cambio.
Pero, ¿sabes qué es lo que más valoro? No son los números. Es la tranquilidad. Tener un equipo en el que puedes confiar, que entiende lo que necesitas y que siempre cumple, te permite centrarte en lo que realmente importa: la estrategia, conectar con tu público y mejorar cada día.
Por Qué Este Momento Es Importante
Hay algo que debes saber. Es importante. A finales de enero, los precios del Plan Rockefeller subirán.
No sé si este es el momento perfecto para ti, pero si estás en una situación parecida a la mía hace tres meses, quiero que sepas algo: probar no te compromete. Tal vez decidas que no es lo que necesitas. Pero tal vez, como en mi caso, lo cambie todo.
Edu
PD: Si quieres hablarlo y resolver cualquier duda, puedes agendar una llamada aquí: 【Calendly Link】. ¿Quién sabe? Quizá esta sea la oportunidad que estabas buscando.
PD2: Ah, y por cierto, las salchipapas y los churros no siempre son mala idea. Pueden sorprenderte.